LA MARINERA LIMEÑA ES UN BAILE DE PAÑUELOS

Más allá de ser un simple accesorio, el pañuelo en la marinera es una extensión del cuerpo y del alma. A través de sus movimientos, los bailarines expresan emociones, intenciones y deseo de conquista.

Jorge Elías Cabello Gómez | Médico Psiquiatra

4/10/202511 min read

marinera limeña en dibujo
marinera limeña en dibujo

La marinera es un baile de pañuelos, es un baile de pañuelos blancos, pero ellos no son los protagonistas, sí lo son los bailarines. Por lo tanto, son accesorios, puesto que no tienen un valor propio sino el que le van a dar los protagonistas a través de sus movimientos, intenciones y emociones. Los bailarines se van a expresar a través de ellos, de manera psicomotriz y afectivamente.

Los pañuelos son la prolongación de las manos en el sentido psicomotriz, y son la prolongación del hipotálamo (centro regulador de las emociones, sensaciones y el comportamiento sexual entre otras funciones), en el sentido neurológico. El pañuelo no se exhibe es exhibido.

Los pañuelos en el baile de la marinera sustituyen a las manos, como no se puede y no se debe tocar a la pareja directamente, más sí indirectamente, gestualmente, simbólicamente, se simula que se le toca a través del pañuelo, que parece acercarse al cuerpo de la pareja sin tocarlo o con solo rozarlo.

El pañuelo es un elemento más de conquista y galanteo, su utensilio. Son recursos de expresión mímica que se utilizan con gracia poética, a decir de Lugones en “El Payador”, pero no solo se usan en la zamba y el Escondido, sino como él mismo refiere se usaba en la danza griega y se ha venido utilizando en diferentes tipos de bailes desde la antigüedad hasta nuestros tiempos. Además, los pañuelos no siempre se usan en las manos, sino que pueden ir en la cabeza, en la cadera, en el cuello y aun en las extremidades (por lo menos en parte de algunas danzas, se atan al muslo), además en algunos bailes cada bailarín usa dos pañuelos. (Como en la zamacueca).

En el folklore latinoamericano se baila con pañuelos, en Argentina (cueca y zamba) en Chile, (cueca, trote, cachimbo, el pavo), en Guatemala, Bolivia etc., en donde existe un rico y variado folklore dancístico.

Así en todo el folklore latinoamericano vamos a ver la presencia del pañuelo (de color blanco, rojo u otros) como elemento acompañante del baile. Entre nosotros el pañuelo también se usa en muchos bailes serranos, costeños y afroperuanos. Por supuesto se usa el pañuelo en la marinera en todas sus variantes, pero en estos casos el pañuelo siempre es de color blanco, el que usa la dama es más chico que el del varón. El que usa el varón siempre es el de uso social y el material es de algodón. En cambio, la dama suele adornarlo y sólo lo utiliza para el baile. (Es decir tiene un pañuelo de baile).

El movimiento del pañuelo es libre, pero dialogante y condensa y expresa emociones y estados de ánimo. También pueden marcar tiempos y momentos musicales o etapas del desarrollo coreográfico.

El pañuelo, en su ligereza, se convierte en un vehículo para expresar la fragilidad y la impermanencia de los estados emocionales, como si cada pliegue o desplazamiento narrara un capítulo fugaz de nuestra existencia. Tal vez se podría decir que cada movimiento refleja una tensión entre el control y la rendición: el cuerpo lo sostiene, pero al mismo tiempo, el pañuelo parece tener su propia vida, siguiendo los impulsos del viento, el ritmo o la música.

En ese sentido, el pañuelo podría representar, filosóficamente, la relación entre lo que intentamos controlar y lo que escapa a nuestra voluntad, todo mientras marca las transiciones de nuestro ser en momentos de cambio o desarrollo interior.

De la manera, forma, intensidad o figuras que se hagan con el pañuelo se pueden interpretar significados específicos o conductas simbólicas que se expresan consciente o inconscientemente, de manera voluntaria o inadvertida o como producción trabajada o ensayada por los bailarines.

El pañuelo es parte de la vestimenta o vestuario en la marinera en todas sus variantes, (limeña, norteña, serranas y de selva). Además, de todo el vestuario es el único elemento que es igual o casi igual en todos los que la practican. En efecto, las características de los demás componentes del vestuario pueden variar en color, calidad, textura, forma etc., menos el pañuelo. Además, es la única prenda interior que puede ser exhibida totalmente.

En un sentido extenso hay fiesta del pañuelo, (en Cuba), danza de pañuelos (bailados colectiva o grupalmente) y baile de pañuelos, (de parejas) según el lugar en donde se practique. La marinera es un baile de pañuelos de Latinoamérica, en todos los casos el pañuelo simboliza la provocadora e íntima persecución o asedio, entre una dama y su admirador, símbolo de anhelada conquista de la pareja. (Salvo en “el pavo” en donde el pañuelo, puede usarse, además, como instrumento simbólico de agresión, picoteo, pero como parte del cortejo). Es preciso señalar que existen en el folklore hindú danzas milenarias asociadas al pavo real y su cortejo sexual, y en año 1900 existía en Inglaterra el baile llamado el “trote del pavo”.

Para Magariños, el pañuelo más que un símbolo sería un índice, como los son los cuerpos y su dinámica de baile, en suma, parte de los gestos con que se elabora un discurso, “la danza folklórica es un discurso social construido con SÍMBOLOS, o sea, con la música y las eventuales letras y con ÍNDICES, o sea, con los cuerpos de quienes bailan y sus gestos;

... prescindiendo en esta oportunidad, con una finalidad más pedagógica que investigativa, de la música y de las eventuales letras, SON LOS CUERPOS Y SUS GESTOS LOS QUE SE CONFIGURAN COMO DISCURSOS en cuanto secuencias de transformaciones que conducen de un estado determinado de posición expresiva a otro determinado estado de otra determinada posición expresiva” (“Semiótica de la danza” Juan Magariños de Moretín).

Se ha sostenido de manera no documentada que, para nosotros los peruanos, el antececesor del pañuelo sería el falpik, que sería una especie de lienzo en el que se trasladaban los pallares (pallar, leguminosa oriunda de la zona andina), y que en algunas culturas como la Mochica, no solo era un alimento, sino que se utilizaba con fines mágicos religiosos (ofrenda a los dioses o a la naturaleza) y además de comunicación, puesto que sobre su superficie se pudo detectar un sistema ideográfico “mantenemos que los mochicas utilizaron el sistema ideográfico, porque se ha podido observar en la cerámica una serie de símbolos convencionales que se asemejan mucho a los encontrados en los pallares”, “La escritura Mochica sobre los pallares” Rafael Larco Hoyle. Revista geográfica americana 1942). Si el pallar era un producto muy especial para esta cultura, su transporte y cuidado pudo ser muy escrupuloso, por ello el falpik, sería el instrumento utilizado para cuidarlos, pero ello era una tela, probablemente se pudo haber usado sobre la cabeza, porque Falpik, en lengua mochica significaba cabeza, por lo que su uso pudo ser variado, no solo con fines ceremoniales, sino cotidiano o en la expresión de otras manifestaciones culturales.

En la obra “Trujillo del Perú Baltazar Jaime Martínez Compañón. Acuarelas siglo XVIII (Pablo Macera, Arturo Jiménez Borja, Irma Francke. Fundación del Banco Contimnental 1977), se aprecia: en la acuarela N° 55 Danza de Parlapanes, una mujer en actitud danzante con pañuelo blanco en la mano; en la N° 56 Sin nombre, se aprecia a hombres danzando usando pañuelo de colores, azul, rojo y verde, en la N° 59° Danza de pájaros, se aprecia a hombres danzando con pañuelos rojos y en la 62° Danza de los Indios de la montaña, se aprecia a tres músicos y a dos danzantes con pañuelos rojos en sus manos. (Todas estas acuarelas aparecen en la sección “Trajes y costumbres de las misiones Acuarelas siglo XVIII). No he encontrado en esta obra referencia sobre el falpik.

La palabra Falpik proviene de un dialecto Mochica (cultura pre Inca del Perú) “es un caso de doble marcación en una estructura posesiva inalienable del mochica. Allí se caracteriza una parte del cuerpo, <falp> ‘cabeza’. En su uso absoluto <falpic> lleva el sufijo <-ic>, mientras su uso en frase posesiva es <falpæng>, donde <-æng> se encuentra atestiguado a veces como <-eng>. El ejemplo (11) también es una frase posesiva de doble marcación: hay una marca presente tanto en el dependiente, la marca de genitivo, como en el núcleo a través del sufijo <-æng> o <-eng>. El ejemplo (11) refiere a ‘carne humana’ que en algunos contextos significa ‘cuerpo humano’”. (Rita Eloranta, La posesión nominal en la lengua mochica. Indiana, vol. 37, núm. 1, pp. 101-128, 2020.Ibero-Amerikanisches Institut Preußischer Kulturbesitz.

En la lengua Mochica, la cabeza tenía diversos vocablos, fellu, lechoec, falpoeng chetz, falpik, tech, jacse. (“El vocabulario estético de los Mochicas (Una Lengua muerta que vive en su Arte”.) - Emilio Harth Terré / Lima - Perú – 1976).

No se puede afirmar que el falpik, era un antecesor del pañuelo en nuestro medio, ni que este ligado a algún tipo de baile.

El pañuelo no se circunscribe a un baile, ni tiene un origen único, por más que Manuel Acosta Ojeda, lo asocie a la zamacueca “Al hablar de la zamacueca es posible estar frente a la primera danza mestiza peruana con pañuelo; el uso de esta prenda en la coreografía tenía elementos propios de la sociedad castellana y andaluza del siglo XVII.” (“Aporte para un mapa cultural de la música popular del Perú”, Manuel Acosta Ojeda).

Los pañuelos se sujetan con la mano derecha, tanto en el caso del hombre como en la mujer. En la marinera limeña el hombre puede en algunos momentos utilizar el pañuelo en la mano izquierda.

La mano derecha de cada bailarín siempre está expuesta, se exhibe, y en la sujeción del pañuelo siempre se utiliza el dedo índice, el anular o ambos, además del dedo medio. (Algunos sujetan el pañuelo empuñándolos con todos los dedos). Las manos del hombre son en promedio más grandes que de las mujeres y se extienden o están en posición supina, mostrando el dedo índice y el anular. Las manos tienen una gran sensibilidad y expresan fertilidad, masculinidad, inteligencia y potencia sexual en el imaginario colectivo. Las manos se utilizan para el saludo, para la comunicación no verbal, gestual, actitudinal y también para el placer, entre otros fines.

Marco Aurelio Denegri en su obra “Hechos y opiniones acerca de la mujer” dice “Gregorio Marañón, en su obra La Evolución de la Sexualidad y los Estados intersexuales, escribe lo siguiente:

“El gesto de la mano en las mujeres, generalmente, un gesto de adorno, inútil en el sentido de la expresión. Por eso tiene la tendencia a llevarlas ocupada con un objeto cualquiera – un bolsillo, un abanico, etcétera, que no sueltan en los movimientos más graves-….El valor de la mano en la expresión es un carácter de adquisición tardía en la evolución ontogénica y filogenética, y por ello más propio del varón” luego sostiene Denegri “observaré, sí, que en buena parte aquella inexpresividad del ademán femenino se debe al influjo de un determinado condicionamiento cultural, por cuya causa aprende la mujer a inhibir sus movimientos y ser parca en ademanes, y a prescindir en general de todo lo que no se corresponda con la mesura que desde muy niña le enseñaron a relacionar con su comportamiento”. En el baile de la marinera limeña, quien mueve, bate, ondea y agita el pañuelo con más vigor es el hombre.

El movimiento de las manos y del pañuelo es palabra actuada, dice en su idioma mensajes intensos de naturaleza afectivos y contiene mensajes festivos, lúdicos y eróticos. “No parece que con la sola palabra hablada podamos decir todo lo que queremos. Necesitamos, pues, para completar nuestro decir, de gestos y ademanes, movimientos y actitudes, muecas, visajes y mohínes, guiños y señas. Cuando la palabra hablada tiene toda esta parafernalia gestual y ademánica, entonces se convierte en palabra actuada” (“Miscelánea humanística”, Marco Aurelio Denegri).

De otro lado, existe evidencia científica que la relación de la longitud del dedo índice versus la longitud del dedo anular de la mano derecha en adultos recibe influencia precoz a nivel intrauterino, de la exposición a las hormonas sexuales masculinas (testosterona), lo que guarda relación con el tamaño del pene. (Cuando menor es la relación entre la longitud del dedo anular entre la longitud del dedo índice, más grande es el pene); además se correlacionaría con una mayor tendencia a la fidelidad sexual o al mantenimiento de relaciones de largo plazo). (Asian Journal Of Andrology, Tae Blon Kim, Seúl- Corea y Universidad de Oxford, Biology letters).

En la vida real un sujeto elige a su pareja, en base a criterios de elegibilidad social (ejemplo, la condición socio económica, posición social, profesión u oficio, etc.), criterios psicológicos (rasgos de personalidad, expresividad, etc.); y en base a criterios biológicos, más propiamente sería compatibilidad biológica, basados en factores genéticos, pre programados e inmodificables o difícilmente modificables, en este caso incluye, el olor, el beso -a través de la saliva-; la cópula (a través del reconocimiento o compatibilidad de los antígenos propios del semen, el semen tiene 16 antígenos identificables distribuidos en la cabeza, acrosoma y cola del espermatozoide y en el líquido seminal, según refiere José Pacheco Romero en su trabajo “Aspectos de inmunología en reproducción”), pudiendo ser además las características de la mano.

En el hombre entonces resulta conveniente, extender las manos, exhibir el pañuelo, a mayor altura respecto a cómo lo expone la mujer y extender los dedos antes citados, de manera que las manos deben pasar desde la extensión a la posición supina. La posición de flexión de las manos sólo es episódica cuando se rota la muñeca, para girar el pañuelo, o cuando sin pañuelo el varón se toca la solapa de su saco (no obstante, puede extender los dedos sobre todo el índice y el anular de ambas manos). El hombre no usa la mano en posición prona, la mujer sí, sobre todo cuando se pone el pañuelo a la altura de la cintura pélvica.

Si al varón se le cae el pañuelo, sigue bailando sin él. Si a la dama se le cae el pañuelo, el varón le cede el suyo a la dama. Nunca se recoge un pañuelo del suelo durante el baile, por que éste se ha mancillado, ha perdido su idealidad y altura.

La marinera es un baile de pareja y de pañuelos, en donde ambos usan como parte del vestuario un pañuelo blanco. Semióticamente el pañuelo es un ícono (el propio objeto), que comunica no sólo que son dos pañuelos sino otros hechos, como que se está bailando marinera, que hay un aire festivo, de disfrute y competencia, (no se compite por un premio, casi siempre simbólico, se compite para ser, estar, vivir y sobrevivir) en cuyo caso es un índice, pero que a su vez simboliza como objeto concreto perceptible por la vista, una intención cuando se le utiliza en ese baile, que es la intencionalidad festiva y afectivo erótica. Los pañuelos no se mueven solos, son movidos por una pareja que baila y se dicen cosas, de manera estética, intensa y motivada, según la vocación, preparación y deseabilidad (real, presente y actuada) que puedan presentar los bailarines. Las manos y los pañuelos se tornan en un criterio simbólico o real de elegibilidad de la pareja, quiere decir según como muevan y exhiban las manos y el pañuelo, puede generar atractividad y deseabilidad para ser elegido como pareja de manera simbólica y figurada.

El pañuelo en la marinera limeña no es solo un accesorio, sino un instrumento que ayuda a expresar la belleza, la interacción y el estilo característico del baile, lo que le ha dado el apelativo de "baile de pañuelos".

El pañuelo, no es solo un objeto dentro de la marinera limeña, sino un signo cargado de múltiples significados. Como ícono, es un símbolo visible del baile; como índice, señala el ambiente festivo y competitivo de la danza; y como símbolo, comunica intenciones y sentimientos profundos relacionados con el cortejo, la seducción y la celebración cultural. Esto lo convierte en un elemento esencial para la comprensión y disfrute de la marinera, más allá de ser solo un accesorio, transformándose en un vehículo de comunicación afectiva, simbólica y cultural.